Productos certificados por Calicer PI/0492/11 y Tierra de Sabor.
La trazabilidad durante todo el proceso productivo es controlada por certificadora externa, que acredita la procedencia del animal con su correspondiente factor racial y de alimentación.
El jamón debe consumirse a temperatura ambiente, es decir, a unos 21º.
A esta temperatura se observará la brillantez de la grasa natural, mientras que si está demasiado frío el aspecto es más bien opaco.
Hay que procurar cortar lonchas finas, de tamaño medio y con algo de grasa intramuscular para hacerlas más jugosas.
Además de su incomparable sabor, las propiedades nutritivas del jamón ibérico de bellota son un fantástico complemento para una dieta sana y equilibrada.
Cualquier época del año es buena para comer jamón ibérico, aunque en España es tradición en Navidades.